La vida es como un carrusel porque da muchas vueltas, así dicen... pero, ver la vida como un carrusel también nos enseña otras cosas. Por ejemplo, algunas veces podemos decir que giramos y giramos, dándonos esto la ilusión de que siempre vemos lo mismo, cada cosa o persona en el mismo lugar, sin que el paisaje cambie.
No obstante, en la cotidianidad también hay magia que resuena y esta es la parte más asombrosa de la vida: agudizar la capacidad para percibir cada pequeña cosa tan maravillosa que nos rodea.
Un amanecer nunca será igual que otro, incluso si estamos en un mismo punto, pues, cada día trae consigo algo diferente para mostrarnos, bien sea una vivencia, una persona, un sentimiento o algo tan pequeño que cambia nuestra visión de futuro para siempre.
La mejor tarea que podemos hacer para sentir que cada vuelta que da el carrusel es emocionante, es aprender a ver esa chispa de brillo en cada pequeña cosa y experimentar emoción con ello; debemos estar convencidos de que esto es verdadero, de lo contrario, no existirían fotógrafos persiguiendo y capturando magia en cada pequeño detalle.
