La Disciplina Positiva





Por Michelle De León



La disciplina positiva es un modelo basado en la psicología adleriana. Puede ser utilizado por padres, maestros, parejas, líderes empresariales y comunitarios para aprender a crear relaciones responsables, respetuosas e ingeniosas en sus comunidades. Basado en los libros de Disciplina Positiva más vendidos de Jane Nelsen, Lynn Lott y coautores, este modelo se puede aplicar tanto a niños como a adultos para que se conviertan en miembros contribuyentes de sus comunidades.


La premisa de este modelo es ayudar a las personas a encontrar un sentido de pertenencia y significación siguiendo CINCO CRITERIOS:

  1. Ayuda a los niños a tener una sensación de conexión. (Pertenencia y significado)
  2. Es mutuamente respetuoso y alentador. (Amable y firme al mismo tiempo).
  3. Es eficaz a largo plazo. (Considera lo que el niño está pensando, sintiendo, aprendiendo y decidiendo sobre sí mismo y su mundo, y qué hacer en el futuro para sobrevivir o prosperar).
  4. Enseña importantes habilidades sociales y para la vida. (Respeto, preocupación por los demás, resolución de problemas, comunicación y cooperación, así como las habilidades para contribuir al hogar, la escuela o la comunidad en general).
  5. Invita a los niños a descubrir cuán capaces son. (Fomenta el uso constructivo del poder personal y la autonomía).

El modelo de disciplina positiva para padres y gestión del aula se basa en el trabajo de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs. El Dr. Adler presentó por primera vez la idea de la educación para padres a las audiencias de los Estados Unidos en la década de 1920. Abogó por tratar a los niños con respeto, pero también argumentó que malcriar y mimar a los niños no los animaba y les provocaba problemas sociales y de comportamiento. Las técnicas de aula, que se introdujeron inicialmente en Viena a principios de la década de 1920, fueron llevadas a los Estados Unidos por el Dr. Dreikurs a finales de la década de 1930. Dreikurs y Adler se refieren al enfoque amable y firme de la enseñanza y la crianza de los hijos como "democrático".


En la década de 1980, Lynn Lott y Jane Nelsen asistieron a un taller facilitado por John Taylor. Lynn comenzó a capacitar a pasantes para enseñar de manera experimental y escribió (con la ayuda de sus pasantes) el primer Manual de enseñanza para padres. Jane era la directora del Proyecto ACCEPT (Conceptos de Consejería Adleriana para Animar a Padres y Maestros), un proyecto financiado con fondos federales que había recibido un estatus ejemplar mientras se encontraba en su fase de desarrollo. Jane escribió y publicó el libro Positive Discipline en 1981. En 1988, Jane y Lynn decidieron colaborar en el libro que ahora se titula Positive Discipline for Teenagers, y comenzaron a enseñar habilidades para padres y manejo del aula de manera experimental. Lynn y Jane también escribieron Disciplina positiva en el salón de clases y desarrollaron un manual lleno de actividades experimentales para maestros y sus estudiantes.


En los años posteriores, la serie de libros de Disciplina Positiva ha crecido para incluir títulos que abordan diferentes grupos de edad, entornos familiares y situaciones especiales. La disciplina positiva se enseña a las escuelas, los padres y los educadores de padres por instructores certificados de disciplina positiva. Se anima a los miembros de la comunidad, padres y maestros a convertirse en facilitadores certificados a través de la Asociación de Disciplina Positiva para que puedan compartir la Disciplina Positiva con otros.


También hay evidencia significativa de que enseñar habilidades sociales a los estudiantes más jóvenes tiene un efecto protector que dura hasta la adolescencia.


La adolescencia es ese paso hacia la madurez, en ese tiempo los padres necesitamos estar presentes, disponibles y sensibles.


Lastimosamente a los adolescentes le tenemos muchas veces mala propaganda en problemas y desenfreno construyendo relaciones autoritarias donde no se les toma en cuenta, evitando la autonomía, pero tener un buen trato, puentes de comunicación junto a un estilo de crianza democrático ayuda a tener un menor comportamiento problemático.


Límites: Siempre es importante los límites que como unas barandas en un puente dan seguridad, cuando los niños son más pequeños los límites son más rigurosos y conforme van creciendo se van flexibilizando e inclusive podemos establecerlos juntos. Permitir que los niños experimenten las consecuencias de sus decisiones puede ayudarles a tomar lecciones valiosas e inclusive encontrar en los errores oportunidades de aprendizaje.


También podemos ofrecer opciones limitadas que sean adecuadas y aceptables para ambos manteniendo los valores de la familia de esta manera podemos evitar rebeldías, podemos negociar y dar pequeños pasos los cuales podrán a prueba durante algunas semanas.


Herramientas para padres amables y firmes

Adaptado de Positive Discipline for Teenagers, Nelsen, Lott

La próxima vez que se sienta desafiado, provocado o amenazado, tómese un tiempo para calmarse y luego pruebe una de estas amables y firmes herramientas para padres:


Hable con su hijo adolescente, no con él o ella. (Está bien compartir sus sentimientos usando mensajes "Yo")

Utilice preguntas de "qué y cómo" para ayudar a su adolescente a explorar las consecuencias de sus elecciones ... Esto es diferente a imponer una consecuencia a su adolescente. Hágalo con un tono de curiosidad y respeto. Manténgase alejado de las preguntas que comienzan con "por qué". El "por qué" crea una actitud defensiva y establece un tono de culpa.

Aumente el sentido de comprensión compartiendo un momento en el que haya tenido una experiencia similar.

Decide, con dignidad y respeto, lo que harás. Llegue a un acuerdo con su hijo adolescente y esté dispuesto a seguir adelante. (Indique lo que hará en lugar de lo que intentará que su hijo adolescente haga).

Deja que el mensaje de amor llegue. Nunca hagas ni digas nada que pueda romper una relación. Haga y diga solo lo que acercará una relación.



¿Quienes Somos?


Primeramente somos el matrimonio De León - Quintero, casados hace 17 años y nos conocemos desde la etapa de la infancia, llevamos una vida juntos. De nuestra vida matrimonial tenemos el regalo de tener 4 hijos, María Gabriela de 17 años, Sara Isabel de 14 años, Lucas Misael de 12 años y Lucia Esther de 6 años.


Como toda familia hemos tenido nuestras altas y bajas, pero en todos los momentos ha imperado el amor de pareja y de familia, no estamos excluidos de las experiencias difíciles pero en cada una nos ha dejado un gran aprendizaje ayudándonos a creer en la familia y a crecer como persona y profesionales.


Hemos seguido un proyecto familiar fundado en valores importantes para la sociedad actual desde la fe, fortaleciéndonos en la educación constante, compartiendo momentos juntos y apoyándonos mutuamente.


Deseamos que nuestros hijos logren tener habilidades sociales que le permitan afrontar la vida adulta y somos testigos que modificando el estilo de crianza a una más respetuosa, amable y con límites claros, podemos dar a la sociedad jóvenes empáticos, con sentido de pertenencia, motivados, felices y con una buena salud mental.


Carlos es Psicólogo en Formación de la Maestría de Psicología clínica y Terapia, Educador de Familias certificado en Disciplina Positiva.


Michelle es Financista , Educadora en Parejas y Familias certificado en Disciplina Positiva y Encouragement Consultant (Consultora de Aliento)

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