El teletrabajo puede, sin duda, ser una modalidad de prestación de servicios que favorezca la conciliación familiar.
No obstante, las dos caras del teletrabajo pueden interferir de forma determinante en dicho cometido, pues una cara o sector apuesta por el teletrabajo como herramienta inclusiva, sobre todo del género femenino y otro lo considerada como un afianzamiento del rol doméstico de la mujer e incluso un riesgo o afianzamiento de la violencia contra la mujer.
Estas dos vertientes o caras del teletrabajo, como tantas otras circunstancias descargan las posiciones sobre las consecuencias que trae consigo el teletrabajo, cuando esto es una cuestión, una vez más, cultural, es decir, los riesgos de afianzamiento del rol doméstico en la mujer o la violencia de género no son a causa del teletrabajo, son consecuencia de una cultura machista contra la que cada vez más debemos luchar, pero desde su génesis.
Si en casa el rol doméstico descansa mayoritariamente sobre los hombros de la mujer no hay duda que el teletrabajo podría hundirla cada vez más en dicho rol; por el contrario, si lo que prima es la corresponsabilidad no hay duda que el teletrabajo será lo que deseamos, esto es, aprovechar las ventajas que traen consigo los avances de la tecnología para favorecer la inclusión de la mujer en el mercado de trabajo y por la que tanto se lucha hoy día.
De modo pues que estas dos caras del teletrabajo se encuentran, en definitiva, estrechamente vinculadas a ambos géneros y dependerá en mucho del rol que asuma el hombre en el hogar para que esa conciliación familiar se dé en los términos ideales, esto es, partir del principio de corresponsabilidad, de igualdad de responsabilidades en el hogar.
Es este un tema que merece atención día por día, siempre vigente pues su implementación de cara al futuro es exponencial.
La condena del teletrabajo no ayuda, la educación, la formación, las campañas de igualdad para cada vez más crear conciencia a ambos géneros sobre la corresponsabilidad, seguirán dando el aporte necesario para que lo que puede ser una oportunidad no se transforme en una debilidad.
Existe una obra jurídica muy interesante cuya lectura recomiendo
“Teletrabajo y conciliación en el contexto de la COVID-19
Nuevos retos en el marco de la prevención de la violencia de género y la calidad de vida de las mujeres ” Edic 2020 cuyo Directora es León Llorente, Consuelo y en la que abordan el tema 21 expertos y académicos.