Duelo Migratorio





Por Manuela Gonzalez



Uno de los procesos más intensos y significativos en la vida es el proceso de migración, este puede ser por diversas razones; deseos de mejorar las condiciones de vida, conocer o las migraciones forzadas por situaciones de violencia en el país de origen y muchas razones más. En cualquier ámbito las migraciones representan un proceso de duelo ya que implica dejar atrás familiares, amigos, trabajo, rutinas diarias y todos esos aspectos que ayudaron a formar nuestra identidad en nuestro país de origen.

Este proceso de duelo puede culminar en “éxito” o en patología, ¿Por qué? Porque nos lleva a realizar una introspección y cuestionar nuestros recursos, estrategias y capacidad de resiliencia que creíamos tener predeterminado. Esta introspección durante el duelo nos lleva en dos direcciones simultáneamente; una es la adaptación (considero que es la clave para el proceso migratorio) y el otro es la elaboración de duelo. Debemos tener en cuenta que cada proceso de duelo es diferente va a estar influenciado por las características personales, país de origen y de destino, condiciones de migración, edad… por lo que es muy importante no realizar comparaciones con nuestros semejantes y así evitar falsas expectativas y decepciones.

Debemos recordar que el duelo de migración es un duelo múltiple porque se dejan atrás varios factores; amigos, lugares, costumbres… es un duelo parcial porque a diferencia de las pérdidas por muertes, podemos regresar al país de origen y es un duelo recurrente ya que esta nostalgia se reactiva con cada llamada al país de origen, cada recuerdo o referencia. Todos estos factores que integran un duelo múltiple constituyen un sentimiento de pérdida de identidad. Por el miedo a la pérdida de identidad muchas veces hacemos la maleta de viaje con objetos que representan una parte de nuestra identidad, lo cual nos ayuda mucho en nuestro auto conocimiento y en la elaboración de nuestra historia.

Quiero recalcar que siempre hay una inversión grande de energía para ajustarnos al nuevo país, buscando trabajo, casa, el tema de estadía legal, estudios para los hijos el cual puede durar 2,3 o más años durante el cual podemos perder de vista nuestro yo interior y sentirnos desorientados y en algunos casos sentirnos como extraterrestre, lo cual nos puede generar mucho miedo, dolor o rabia. En este punto nos puede ayudar mucho hacer una introspección y volver a mi centro y recordar que herramientas traía cuando recién emigre, y recordar cual es mi esencia o cual es mi virtud.

La psicóloga Rosario Vásquez en su entrevista con Mujeres Omega nos ilustra un factor que aparece en los migrantes; llamado fantasía de retorno, el cual no significa que retornemos al país de origen, significa que estamos frente una situación desafiante, esta fantasía aparece cuando estamos pasando por un proceso emocional duro por ejemplo desempleo, pérdida de un familiar, enfermedad y también aparece en momentos felices como un embarazo, un parto, cuando alcanzamos una meta, un proyecto; se puede presentar porque pensamos que sería ideal compartir la situación actual con nuestros familiares, considero que esta fantasía puede ser un punto importante de crecimiento emocional ya que nos puede abrir la puerta a sacar lo mejor de ambas culturas que ya conocemos y generar herramientas para atravesar dicho evento de la manera más sana para nosotros mismos, ya sea un evento feliz o un evento doloroso.

Podemos reconstruir nuestra identidad a partir de los espejos que se nos presentan en el nuevo país con una nueva cultura, y necesitamos ser conscientes de nuestros espejos, estos pueden devolvernos una imagen que nos gusta mucho o una imagen muy difícil de aceptar, ya que puede ser muy dolorosa y denigrante. Sin embargo la reconstrucción de la identidad no ocurre en la soledad o el encierro, necesitamos seguir probando otros espejos para continuar reconstruyendo nuestra identidad, aun teniendo miedo a ser herido nuevamente.

Podemos siempre volver a nuestro centro, como nos dice la psicóloga Rosario Vásquez, dando paso nuestras costumbres o nuestra espontaneidad y sentirse libre de ser quien eres. Sin embargo se presenta el caso en el que es necesario obtener ayuda a nivel psicológico y social, posiblemente una ayuda que favorezca la adaptación a la nueva cultura mientras se mantenga una conexión con las raíces de nuestra cultura de origen y podamos hacer un trabajo de duelo migratorio correspondiente con las experiencias de cada uno.





Foto portada: Mairim Neves

Escrito por: Manuela González

Licenciada en Psicología Clínica. Profesora de Yoga.