Cuida tus pensamientos y estos cuidarán de ti





Por Sandra Ariza



¿Quién es tu enemiga? La mente es tu enemiga. Nadie te puede hacer más daño que tu propia mente sin domar. Y ¿quién es tu amiga? La mente es tu amiga. Nadie puede ayudarte más que tu propia mente -cuando ha sido entrenada con sabiduría-. Buddha

Para cuidar de tus emociones, debes identificar los mecanismos mentales que las generan. En pocas palabras, ir a la fuente y observar compasivamente desde allí. ¿Pero cómo podemos hacer conciencia de la mente desde la mente misma?

¿Qué pasaría si intentaras detener el cauce de un río? Seguro tu respuesta es que este se desbordaría, ¿verdad? Ahora intenta detener tus pensamientos durante un minuto. Aquietar la mente es una práctica que va más allá de cerrar los ojos e intentar dejar la mente en blanco, irónicamente la mente no obedece a órdenes, es como intentar detener un caballo salvaje tratando de escapar; entre más aprietas las riendas, mayor será su instinto por liberarse. Si consideramos que tenemos una media de 37.000 a 67.000 pensamientos al día, rápidamente concluirás, que intentar detenerlos no está en tu mano.

Los pensamientos se comportan de manera repetitiva, generando historias y creencias en tu mente que, de no atenderlos correctamente, terminarás aceptando como tu realidad. Suelen aparecer como la recapitulación de una conversación de trabajo, la versión personalizada de la última relación amorosa, decisiones que aún no tomas, historias irracionales que te generan miedo y ansiedad, entre muchas otras. Cualquiera que sea el disparador, siguen el mismo patrón, causando sentimientos de vergüenza, ansiedad, arrepentimiento, ira, frustración, culpa o dolor. En pocas palabras, ¡te hacen sufrir!

Si lo que intentas es distraer tu mente para olvidarte de ellos. Lamento decirte que los estás llevando en la mochila. Ya puedes matarte horas en el gimnasio haciendo ejercicio, pasar horas al teléfono con tus redes sociales, echarte una siesta o hacer las maletas e irte de viaje, que estos encontrarán la manera de sudar contigo en el gimnasio, pasear por tus redes sociales, compartirán la almohada contigo y se irán contigo de viaje. Creerás que lo habrás intentado todo y aún así seguirán estando allí más fuertes que nunca.

Los pensamientos son engañosos, están llenos de elogios y culpas, esperanzas y miedos. Se personalizan en las voces de tus padres internalizados como monólogos, unas veces apareciendo como jueces otras como tiranos o como las voces del niño no amado o del triunfador ambicioso, pero al final de cuentas esas voces estarán intentando engañarte.

“Los pensamientos son buenos sirvientes, pero no buenos patrones”

Con la práctica de la atención plena puedes desactivar esas emociones que generan esos pensamientos engañosos. Está científicamente comprobado que con una práctica consistente de atención plena puedes aprender a escuchar conscientemente tus pensamientos y decidir si te son útiles o no. Interiorizarás que son ideas tanto fugaces como impermanentes y empezarás a darte cuenta que el hecho de tener un pensamiento, no quiere decir que estés obligado a creerlo, ni mucho menos -ser lo que te dice- con lo que te liberarás de caer en ese mecanismo cíclico y destructor, al que tu mente intenta llevarte para que no la saques de su zona de confort.

“El observar la mente con atención plena te devuelve la libertad”

Vivir en el presente te ayuda a recordar quien eres realmente, aprendes a ver con los ojos del corazón, observar la naturaleza y ser capaz de percibir con tus cinco sentidos. Puedes estar con alguien que sufre o incluso enojado contigo y escucharle desde la compasión sin convertirte en la emoción, aprenderás a convertirte en solución y no en parte del problema.

A.J. Muste dijo, “No hay un camino hacia la paz, la paz es el camino”. Caminar en plena conciencia nos trae la paz y la alegría, y hace de nuestra vida una experiencia real. ¿Porqué andar con prisas? Si nuestro destino final será el mismo. ¿Porqué no caminar disfrutando la paz de cada paso? El aquí y el ahora son tu hogar, sólo en el presente la vida es posible. Olvídate de quien aún no eres, no hay metas que cruzar cuando te das cuenta de que ya has llegado.





Foto portada: Mairim Neves

Escrito por: Sandra Ariza

Especialista en liderazgo y transformación personal

Inteligencia emocional y mindfulness Master coach e Instructora de yoga

IG: @sandrariza_